RECETAS LARGAS

BROWNIE DE OREO

Ingredientes- 200 gramos de chocolate para fundir - 165 gramos de mantequilla - Tres huevos enteros y dos yemas más - Dos cucharaditas de aroma de vainilla - Una pizca de sal -100 gramos de azúcar blanquilla - 65 gramos de azúcar moreno - 50 gramos de harina - Una cucharada de cacao - 12-18 galletas oreo - 30-60 gramos de pepitas de chocolate

PREPARACION: Primero fundiremos el chocolate con la mantequilla, pero lo haremos al baño maría. Tarda más, pero el resultado es mucho mejor y no habrá ni una pizca de mezcla quemada. Una vez derretido todo y mezclado, lo dejamos atemperar en un bol. Batimos los tres huevos y las yemas con las cucharaditas del aroma de vainilla y una pizca de sal. Es mejor utilizar una varilla eléctrica porque eso nos ayudará a que la mezcla triplique su volumen rápidamente y con apenas esfuerzo. Una vez conseguido, añadimos el azúcar blanco y batiremos de nuevo bien. Luego, haremos lo mismo con la morena. Lo importante es mezclarlo todo bien. Cuando lo hayamos conseguido, echaremos el chocolate derretido. Debe estar templado, pero no caliente o nos cuajará el huevo con el azúcar. Aquí aparcaremos las varillas automáticas y cogeremos una espátula para integrar ambas mezclas. Debemos hacerlo con movimientos envolventes pero no demasiado bruscos. Nos costará un poco pero no desesperemos. No hay prisa. Cuando esté logrado toca el turno de añadir los ingredientes secos de uno en uno. Primero la harina tamizada y luego el cacao, también tamizado. Los mezclamos con la espátula y los mismo movimientos envolventes. No costará tanto como parece porque no es mucha cantidad. La masa quedará bastante líquida, pero densa. Ahora pasamos al molde. Lo mejor es usar uno rectangular pero en mi caso, como uso la superchef, no ha podido ser. Sin embargo, si tenéis horno convencional, hacedlo. Hay que untarlo de mantequilla o bien, y más recomendable, usar papel de hornear: lo recubrimos con él y lo enmantequillamos también para poder desmoldarlo mucho mejor. Toca verter la masa. Echamos una parte de ella y la alisamos. Partimos la mitad de las galletas oreo y repartimos los trozos por encima. Tapamos con el resto de la masa y decoramos con las otras galletas. Yo también las he troceado, pero pueden ir entera. Por último, espolvoreamos las pepitas de chocolate y lo llevamos al horno. Allí lo tendremos con calor arriba y abajo durante 25 minutos a unos 180 grados. Estará listo cuando al pincharlo con una brocheta salga limpia, pero no nos pasemos con la cocción, por dentro tiene que estar húmedo. Ante la duda, es casi mejor que el corazón no esté cocido del todo, sino cremoso. Recordad que con el calor que tiene al sacarlo, se sigue cocinando. Lo desmoldamos en cuanto se puede manipular y lo dejamos enfriar sobre una rejilla.

TARTA DE CHOCOLATE

IngredientesPara el bizcocho de chocolate: 200 gramos de queso fresco desnatado, 4 cucharadas de cacao en polvo, 4 cucharadas de harina, 200 gramos de azúcar (también lo puedes sustituir por un edulcorante que aguante el calor), 4 huevos, 1 sobre de levadura de repostería (tipo Royal). Para la cobertura: 300 gramos de queso blanco desnatado, 50 gramos de chocolate de cobertura, 4 cucharadas de cacao en polvo y 100 gramos de azúcar glacé.

PREPARACION:Preparar primero la cobertura:Derretir el chocolate en un bol en el microondas y mezclar con el queso y el cacao. Añadir el azúcar. Mezclar muy bien con una espátula, probar y rectificar de azúcar si fuera necesario. Llevar al frigorífico cubierto con papel film hasta el momento de usarlo. Preparar el bizcocho: Primero mezclar el queso y el cacao en un bol con una espátula hasta que quede una mezcla homogénea. En otro bol, batir los huevos, añadir el azúcar y la harina y la levadura y mezclar muy bien. Añadir a este bol la mezcla anterior de queso y cacao, mezclar hasta conseguir una mezcla homogénea. Repartir la masa en dos moldes aptos para microondas de unos 20 cm, (de silicona o de un solo uso). Poner en el microondas tapado durante unos 6-8 minutos a máxima potencia (800W en mi caso - El tiempo dependerá de la potencia del microondas). Dejar con la puerta cerrada otros 2 minutos, sacar el molde, dejar templar, desmoldar y dejar enfriar por completo en una rejilla. Hacer el segundo bizcocho. En mi caso uno de los bizcochos salió mucho más alto que el otro, así que uno de ellos lo corté por la mitad. Si salen iguales, se puede hacer la tarta solo con dos capas. Cubrir uno de los bizcochos con la cobertura que ha estado todo el tiempo en el frigorífico. Empezar con un par de cucharadas en el centro y extender hacia el exterior, dejando poco más de un centímetro aproximadamente hasta el borde. Poner el segundo bizcocho y cubrir de nuevo con la cobertura. Terminar con la última capa y cubrir con el resto de la cobertura (sobrará). Extender con una espátula.

TARTA DE CHOCOLATE BLANCO

Ingredientes: - Masa brisa. - Una tableta de chocolate blanco de cobertura (el de Nestlé Postres sale de vicio) - 150 gramos de nata para montar - 250 gramos de frambuesas

PREPARACION: Ponemos la masa brisa en un molde y la pinchamos. Le ponemos peso encima y lo llevamos al horno caliente. Lo tendremos a 200 grados durante doce minutos o bien, hasta que esté cocida y dorada. En mi caso, uso la superchef, así que la tuve entre 30-40 minutos y aún así, no cogió mucho color, pero estaba cocinada. Mientras tanto, ponemos una lámina de gelatina neutra a remojo y troceamos el chocolate blanco en un bol. Por otro lado, vertemos la nata en un cazo y lo llevamos al fuego, que estará al máximo. Cuando empiece a hervir la retiramos y le echamos la gelatina escurrida. Removemos bien con ayuda de una varilla hasta que se funda. En este momento, lo vertemos sobre el chocolate. Dejamos que repose cinco minutos y después, mezclamos con la ayuda de las varillas a mano y con suavidad. Deben deshacerse todos los trozos de la tableta, por lo que nos llevará un tiempo. Cuando la masa esté en su punto, la sacamos del horno y echamos la mezcla sobre ella con cuidado. Lo ideal es que ya hay templado algo. Después, cubrimos con las frambuesas. Dejamos que repose en el frigorífico y tapada durante al menos una hora, pero está mejor de un día para otro.